MODALES Y OTRAS CUESTIONES
«Acostúmbresele a no
escupir en medio de la habitación, a no sonarse ni bostezar delante de los
demás, a no dar la espalda, a no poner una pierna sobre otra, ni la mano debajo
de la barba, ni la cabeza apoyada sobre el brazo. Todo esto es señal de pereza.
Enséñesele el modo de sentarse. Prohíbasele hablar mucho, porque esto indica
desvergüenza y falta de urbanidad. Hay que prohibirle también en absoluto el
jurar, así en falso, como con verdad; para que no se acostumbre a ello de
muchacho. Dígasele también que nunca debe ser el niño el primero en hablar,
sino que se ha de acostumbrar a responder sólo cuando le pregunten y a lo que
le pregunten. Que oiga con interés a los que le dirijan la palabra y a los
mayores de edad. Igualmente, que se levante ante ellos y les ceda el lugar. Que
huya de las palabras inútiles y ociosas, de las maldiciones e injurias y de la
compañía de aquellos que acostumbran a hablar así, porque el principio fundamental
de la buena educación de los niños estriba en apartarlos de las malas compañías.
Cuando el maestro le pegue, que no se acostumbre a llorar y gritar
desaforadamente o a pedir protección a los demás; dígasele que el aguantar con
paciencia es de valientes y de hombres; el gritar y gemir es de esclavos y de
mujeres.»
Miguel
Asín Palacios.
Algazel.
Comas
Hermanos.