«El atrio enverjado del costado poniente dejaba ver un jardín
lateral con el mercado de flores, anexo sobre la calle de las Escalerillas.
Ramos de claveles, manojos de rosas recién abiertas, refrescadas con finas
gotas de agua que semejan el rocío; gardenias de carne blanca y aroma intenso,
violetas fragantes, amapolas como llamas, lirios de rojo y gualda o de azul
violáceo, begonias en macetas, tulipanes vistosos, pensamientos aterciopelados,
dalias cárdenas, crisantemos y azucenas; flora de todos los climas gracias a la
meseta sin estaciones y a la inexhausta fecundidad de la costa inmediata.»
José
Vasconcelos.