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miércoles, 30 de mayo de 2018
domingo, 27 de mayo de 2018
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
EL FUTURO DE ALEMANIA
“En
Alemania ya había empezado la persecución de los judíos. Los demás pasajeros me
observaban sorprendidos mientras, yo, tranquilamente sentado, masticaba la matzá. Era un día cálido y soleado, y
si no hubiese sido por las banderas con la cruz gamada, nadie habría advertido
que el país se hallaba en manos de un dictador salvaje. Se veían familias
alemanas almorzando en las galerías de sus casas. Sus rostros parecían afables.
Las calles de las ciudades y pueblos por donde pasaba el tren estaban limpias y
casi desiertas. En un asiento alguien había dejado un periódico en alemán, y en
él leí un exaltado artículo acerca de Hitler; sobre lo que ya había logrado y
lo que haría por Alemania en el futuro.”
Isaac Bashevis Singer.
Amor y exilio.
Ediciones B.
Amor y exilio.
Ediciones B.
sábado, 26 de mayo de 2018
viernes, 25 de mayo de 2018
OBITER DICTUM
BAJO UN VIEJO TECHO
Esta noche duermo bajo un viejo techo,
los ratones corren sobre él, como hace mucho
tiempo,
y el niño enterrado en mí renace en mi sueño,
aspira de nuevo el olor de los muebles de
roble,
y mira lleno de miedo hacia la ventana,
pues sabe que ninguna estrella resucita.
Esa noche oí caer las nueces desde el nogal,
escuché los consejos del anciano reloj,
supe que el viento vuelca una copa del cielo,
que las sombras se extienden,
y la tierra las bebe sin amarlas,
pero el árbol de mi suelo sólo daba hojas
verdes
que maduraban en la mañana con el canto del
gallo.
Esta noche duermo bajo un viejo techo,
los ratones corren sobre él, como hace mucho
tiempo,
pero sé que no hay mañanas, y no hay cantos
de gallos;
no quiero escuchar las palabras del reloj
enfermo,
abro los ojos, para no ver reseco el árbol de
los sueños,
y bajo él, la muerte que me tiende la mano.
Jorge
Teillier.
jueves, 24 de mayo de 2018
ALLÁ EN LAS INDIAS
AL PARTIR LA TIERRA II
«Y pues está a tiempo
de obrar, le convendrá tener particular cuidado después de haber poblado con
aplauso de los señores de la tierra. Las estancias que diere para sembrar y
criar ganados a los españoles, sean sin perjuicio de los naturales. Y para
repartir y encomendar los indios convendrá mucho que antes que lo haga, tenga
llana la tierra y muy trillada y hecha la descripción general de los señores
que la gobernaban al tiempo que la entraron y por minuta y lista tomados sus
nombres sin que se oculte ninguno, y con artificio y regalo hará que den la
cuenta de todos sus sujetos y principales: y la descripción de como queda dicho
habrán hecho al correr de la tierra, y que digan unos caciques de otros. Y en
el pueblo y ciudad se hará la propia diligencia, y hecha, nuestro caudillo
repartirá por provincias, dividiendo y apartando e incluyendo en cada una los
señores que cómodamente quedaren dentro de ella, y luego numerará los indios,
habiendo numerado los señores que los sujetan, y así juntará toda la suma, y
visto el número considerará las granjerías de la tierra, si hay perlas, oro, o
piedras de precio, o si se ha de tratar de sola industria, como es hacer
ingenios de azúcar, obrajes, ganados, sementeras y otras cosas de menos valor:
y con esta consideración repartirá la tierra y señalará los indios, más o
menos, conforme los aprovechamientos que hubiere en cada provincia; y hecho
este discurso y consideración y que no le sea cosa oculta en la tierra,
apuntará y encomendará los indios, por sus pueblos, o caciques, capitanes y
principales: o por casas, o por cabezas, o parentelas, o valles, conforme la
tierra y su disposición ofreciere: considerando también de los españoles la
cantidad y méritos; y así, a unos más y a otros menos, pesando y midiendo el
valor de cada uno y la sustancia de los indios, porque en un valle o sitio
valdrán más cuatro que en otro ocho.
Bernardo
de Vargas Machuca.
Milicia Indiana.
Milicia Indiana.
miércoles, 23 de mayo de 2018
OBITER DICTUM
«Ante mis ojos deslumbrados por una terrible realidad, desfila el cadáver de Prim saliendo de Buenavista para ser conducido a la iglesia de Atocha, y al siguiente día la gallarda figura de Amadeo de Saboya, que después de contemplar en la basílica el cadáver del caudillo, entraba a caballo en Madrid para dirigirse a jurar la Constitución ante las Cortes.»
Benito Pérez Galdós.
martes, 22 de mayo de 2018
domingo, 20 de mayo de 2018
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
TU SEI COME UNA TERRA
Tu sei come una terra
che nessuno ha mai detto.
Tu non attendi nulla
se non la parola
che sgorgherà dal fondo
come un frutto tra i rami.
C’è un vento che ti giunge.
Cose secche e rimorte
t’ingombrano e vanno nel vento.
Membra e parole antiche.
Tu tremi nell’estate.
Cesare
Pavese
sábado, 19 de mayo de 2018
OBITER DICTUM
El
ejercicio sistemático del terror de Estado dista con mucho de ser un invento
bolchevique; sus antecedentes se remontan a los jacobinos franceses. Aun así,
la diferencia entre la práctica jacobina y la de los bolcheviques es tan abismal
en este sentido que bien puede concederse a estos últimos el mérito de haber
inventado el terror. Baste con decir que la Revolución francesa culmino con el
terror, mientras que la rusa comenzó con él. Al primero se lo ha tildado de «un
breve paréntesis», un hecho «a contracorriente» dentro de la tendencia general; el Terror Rojo constituyó desde un principio un elemento fundamental del
régimen, que aunque experimentó oscilaciones, nunca desapareció del todo, planeado
como un nubarrón oscuro y permanente sobre la Revolución rusa.
Richard Pipes.
viernes, 18 de mayo de 2018
miércoles, 16 de mayo de 2018
OBITER DICTUM
8 de septiembre de 1920
“Por eso, si las sucias aguas del mundo
lamen los escalones de su templo, cierre la puerta y confórmese con reír. Y
dígase que no fue en balde haber entrado en el templo. No se encolerice. Siga
siendo el santo del templo y… quédese en Alemania. En todas partes hay basura,
pero no predicadoras tan entusiastas y sabidillas como esta su devota.”
Hedwig Born.
lunes, 14 de mayo de 2018
sábado, 12 de mayo de 2018
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
EN IRÚN
“La mitad del puente sobre el Bidasoa pertenece a
Francia, la otra mitad a España; se puede tener un pie en cada reino, lo cual
resulta muy majestuoso: aquí, el gendarme grave, honrado, serio, el gendarme
gozoso de haber sido rehabilitado en los Los Franceses de Curmer, por Eduardo
Ourliac; allí, el soldado español, vestido de verde y saboreando en la verde
hierba las dulzuras y las malicias del descanso, con un feliz descuido. Al
extremo del puente se entra de lleno en la vida española y en el color local.
Irún no se parece en nada a un pueblo francés; los tejados de las casas avanzan
en abanico; las tejas, alternativamente convexas y cóncavas, forman una especie
de almenaje de un aspecto extraño y morisco. Los balcones, muy volados, son de
herraje antiguo, tan cuidadosamente forjado, que asombra en un pueblo olvidado
como Irún, y que supone una gran riqueza desaparecida. Las mujeres se pasan el
día en estos balcones, a los que da sombra una tela rayada de varios colores, y
que parecen otras tantas habitaciones aéreas adosadas el cuerpo del edificio;
los dos lados del balcón quedan sin cortina y dan paso a la fresca brisa y a
las miradas ardientes; por lo demás, no busquéis allí tintes pardos y culotados
–perdón por el término--, los tonos de hollín y de pipa vieja que podía esperar
un pintor; todo está blanqueado con cal, al estilo árabe; pero el contraste de
este color de yeso con el pardusco y obscuro de las vigas, los tejados y el
balcón, no deja de producir un buen efecto.
Los
caballos nos abandonaron en Irún. Allí hubieron de enganchar al coche diez
mulas esquiladas hasta la mitad del cuerpo, mitad pellejo, mitad pelo, como
esos trajes de la Edad
Media que parecen dos mitades de trajes distintos cosidos al
azar; estos animales así esquilados tienen un aspecto raro y parecen de una
delgadez aterradora, pues tal denudación permite estudiar a fondo su anatomía,
los huesos, los músculos y hasta las venas más insignificantes; con su cola
pelada y sus orejas puntiagudas parecen enormes ratones. Además de las diez
mulas, nuestro personal se aumentó con un zagal y dos escopeteros provistos de
trabuco. El zagal es una especie de correo, de soto-mayoral, que engalga las
ruedas de las bajadas peligrosas, que vigila los arneses y los frenos, que
activa los relevos y ejecuta en torno del coche el papel de hombre oficioso,
con mucha eficacia. El traje del zagal es precioso, de una elegancia y una
ligereza extremas: lleva un sombrero puntiagudo, adornado con bandas de
terciopelo y madroños de seda; una chaquetilla color castaño o tabaco, con las
bocamangas y el cuello de trozos de diferentes colores –azul, blanco y rojo,
por lo general--, y un gran arabesco de botones de filigrana, y por calzado
unas sandalias, sujetas con cuerdecillas, añadid a esto una faja roja y una
corbata de colorines, y tendréis una figura característica del todo. Los
escopeteros son guardias, miqueletes destinados a escoltar el coche y asustar a
los rateros –así se llama a los ladrones de menor cuantía--, que no resistirían
a la tentación de desvalijar a un viajero aislado, pero a quienes la vista
edificante del trabuco les basta para tenerlos a raya y pasan saludando con el
sacramental: Vaya usted con Dios. El traje de los escopeteros es poco más o
menos como el del zagal, pero menos coquetón, menos adornado. Se colocan en la
imperial, a la trasera del coche, y así dominan todo el campo. En la
descripción de nuestra caravana habíamos olvidado mencionar un postillón
minúsculo montado en un caballo, que marcha a la cabeza del convoy y es el que
da el impulso a todo el tiro.
Antes
de partir hubo que hacer visar de nuevo nuestros pasaportes, ya bastante
emborronados. Mientras se realizaba esta importante operación, tuvimos tiempo
de echar una ojeada a la población de Irún, que no ofrece otro rasgo de
particular sino que las mujeres llevan los cabellos, notablemente largos,
recogidos en una sola trenza, que les cuelga hasta los riñones; los zapatos son
allí cosa rara, y más aún las medias.
Un
ruido extraño, inexplicable, ronco espantoso y risible me zumbaba en los oídos
hacía algún tiempo; hubiérase dicho que procedía de grajos desplumados vivos,
de chicos azotados, de gatos en celo, de sierras que quisieran cortar una
piedra dura, de calderos raspados, de goznes de cárcel enmohecidos y obligados
a soltar a su prisionero. Yo creía, que por lo menos, que se trataba de una
princesa degollada por algún nigromante enfurecido, y no era sino una carreta que
subía por una calle de Irún, y cuyas ruedas chirriaban de un modo horrible, a
causa de no estar engrasadas, sin duda porque el carretero prefería poner la
grasa en su sopa.”
Theophile Gautier. Viaje por España. Editorial Calpe.
jueves, 10 de mayo de 2018
martes, 8 de mayo de 2018
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
APUNTE CALLEJERO
En
la terraza de un café hay una familia gris. Pasan unos senos bizcos buscando
una sonrisa sobre las mesas. El ruido de los automóviles destiñe las hojas de
los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir de par en par una
ventana.
Pienso
en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por
las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Necesitaría
dejar algún lastre sobre la vereda...
Al
llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja entre
las ruedas de un tranvía.
Oliverio Girondo
lunes, 7 de mayo de 2018
domingo, 6 de mayo de 2018
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
COPLILLA
DESPUÉS DEL 5º BOURBON
Pensaba que sólo
habría
sombra, silencio,
vacío.
Y murió. Estaba en lo
cierto.
El mismo Dios se lo
dijo.
José
Hierro
sábado, 5 de mayo de 2018
jueves, 3 de mayo de 2018
OBITER DICTUM
“La fascinación que
el futuro ejerce sobre el utopista no tiene nada que ver con la previsión
racional. Considerada bajo este aspecto, la violencia que el utopismo alimenta se
parece mucho al amor común de una metafísica evolucionista, de una filosofía
histérica de la historia, ansiosa de sacrificar el presente a los esplendores
del futuro e inconsciente de que su principio llevaría a sacrificar cada
período futuro particular en aras de otro posterior a él; e igualmente
inconsciente de la verdad trivial de que el futuro último del hombre –sea lo
que fuere lo que el destino le depara—no puede ser nada más esplendido que su
extinción final.”
Karl
Popper
martes, 1 de mayo de 2018
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