«El desgaste es el carácter más sombrío y cruel que puede tener una
batalla para el que resiste al ataque. Porque, a través de la implacable
destrucción diaria, sistemática, sin discriminación de daños y objetivos, se
busca el agotamiento, el renunciamiento, la muerte lenta del rival por el
incesante decrecimiento de sus fuerzas morales, psíquicas, materiales y
orgánicas, es decir, de todas las fuentes de fuerza. Nuestro adversario no pudo
lograr en Madrid ese desgaste de manera cabal, a pesar de los inmensos daños
que sufrimos a lo largo de cinco meses. Por el contrario, provocaría su propio
desgaste viendo esterilizarse todos sus esfuerzos sin alcanzar sus objetivos.»
Vicente Rojo.