“Los
envidiosos me tacharon de espía británico y agente secreto afgano, no queriendo
entender que los seres extraños como yo pueden vivir honradamente, satisfechos,
con la idea de que se han reconciliado con Dios y ya no les importan los
miserables humanos. En mi opinión, ésa es la única lección que merece la pena
aprender cuando se viaja mucho."
Sirdar Ikbal Ali Shah