«El anochecer nos
sorprendió en los bulevares. Nos asombraron las huestes de prostitutas. Muchas
eran jóvenes y algunas bonitas. En los cafés el ambiente era de orgía costara
lo que costara. «Porque mañana moriremos». Encontramos ingleses y canadienses
que aseguraban estar corriendo la última juerga de su vida. Le escribí a Arthur
que los hombres parecían encontrar una extraña y siniestra alegría en la
certeza de la muerte. »
John Dos Passos.