“La diferencia entre la vanidad y el
orgullo está en que el orgullo es un convencimiento absoluto de nuestra
superioridad en todas las cosas. Por el contrario, la vanidad es el deseo de
despertar en los demás esa persuasión, con una secreta esperanza de dejarse a
la larga convencer a sí mismo. El orgullo tiene, pues, origen en un
convencimiento interior y directo que se tiene de su propia valía. Por el
contrario la vanidad busca apoyo en la opinión ajena para llegar a la propia
estimación. La vanidad hace parlanchín; el orgullo hace silencioso.”
Arthur Schopenhauer