“En mi opinión es justo decir
(y aquí, sin duda, radica la tragedia esencial de la empresa freudiana) que no
hubo confirmación clínica o experimental alguna. Conceptos clave como la
libido, el complejo de castración, el ello, siguen sin ser sustentados por una
estructura correspondiente, ni siquiera análoga, de la neurofisiología humana.
La definición de lo que podría constituir la curación sigue siendo igual de
problemática que la cuestión de si se puede decir alguna vez que el análisis ha
terminado. La fuerza sugestiva, la sutileza descriptiva de las clasificaciones
y categorías freudianas, no se ponen en duda. Lo que no está claro es su
estatuto con respecto a las pruebas, al control, a la falsación.
Progresivamente, hemos llegado a comprender que los modelos y conceptos
freudianos son imágenes, escenas, metáforas cautivadoras; que están anclados no
en un cuerpo de hechos externos científicamente demostrables, sino en el genio individual
de su fundador y en circunstancias locales.”
George Steiner