“Camaradas, no se ha visto
jamás en la historia que una clase dominante, en su conjunto, tenga condiciones
de existencia inferiores a las de ciertos elementos y estratos de la clase
dominada y supeditada. La historia ha reservado esta inaudita contradicción al
proletariado; en esta contradicción residen los mayores peligros para la
dictadura del proletariado, particularmente en los países donde el capitalismo
no ha alcanzado un gran desarrollo y no ha logrado unificar las fuerzas
productivas. Y es de esta contradicción, que por otra parte aparece también
bajo ciertos aspectos en algunos países capitalistas en los que el proletariado
ha alcanzado objetivamente una elevada función social, de donde nacen el
reformismo y el sindicalismo, el espíritu corporativo y las estratificaciones
de la aristocracia obrera. Y sin embargo, el proletariado no puede convertirse
en clase dominante si no supera con el sacrificio de los intereses corporativos
esta contradicción, no puede mantener su hegemonía y su dictadura si, pese a
haberse transformado en clase dominante, no sacrifica sus intereses inmediatos
a los intereses generales y permanentes de la clase.”
Antonio
Gramsci