EL ÚLTIMO SEÑOR
“El noveno rey de México fue Moteccuzoma, segundo de este
nombre, y reinó diecinueve años y en su tiempo hubo grande hambre; por espacio de
tres años no llovió, por lo cual los de México se derramaron a otras tierras; y
en su tiempo también aconteció una maravilla en México, en una casa grande donde
se juntaban a cantar y a bailar, porque una viga muy grande que estaba
atravesada encima de las paredes cantó como una persona este cantar: Ueya
noqueztepule uel tomitotía, atlan tiuétztoz, que quiere decir: ¡guay de ti,
mi anca, baila bien que estarás echada en el agua! Lo cual aconteció cuando la
fama de los españoles ya sonaba en esta tierra de México. En su tiempo del
mismo Moteccuzoma, el diablo que se nombraba Cihuacóatl de noche andaba
llorando por las calles de México, y lo oían todos diciendo: “¡Oh hijos míos,
guay de mí, que ya os dejo a vosotros!...”. Acaeció otra señal en este tiempo
de Moteccuzoma: que una mujer vecina de Tenochtitlan murió de una enfermedad y
fue enterrada en el patio, y encima de su sepultura pusieron unas piedras, la
cual resucitó después de cuatro días de su muerte, de noche, con grande miedo y
espanto de los que se hallaron allí, porque se abrió la sepultura y las piedras
derramáronse lejos; y la dicha mujer que resucitó fue a casa de Moteccuzoma, y
le contó todo lo que había visto, y le dijo: “La causa porque he resucitado es
para decirte que en tu tiempo se acabará el señorío de México, y tú eres el último
señor, porque vienen otras gentes y ellas tomarán el señorío de la tierra y
poblarán en México”. Y la dicha mujer que resucitó después vivió otros veintiún
años y parió otro hijo. El dicho Moteccuzoma conquistó estas provincias:
Icpatépec, Cuezcoma, Ixtlahuacan, Coznllan, Tecomaixtlahuacan, Zacatépec,
Tlachquiauhco, Yolloxonecuilan, Atépec, Mictlan, Tlaoapan, Nopallan,
Iztaclalocan, Cuextlan, Quetzaltépec, Chichiualtatacalan. En su tiempo también,
ocho años antes de la venida de los españoles, veíase, y espantábanse las
gentes, porque de noche se levantaba un gran resplandor como una llama de
fuego, y duraba toda la noche, y nacía de la parte de oriente y desaparecía
cuando ya quería salir el sel; y esto se vio cuatro años arreo, siempre de
noche, y desapareció después de cuatro años antes de la venida de los
españoles. Y en tiempo de este señor vinieron a estas tierras los españoles que
conquistaron a la ciudad de México, donde ellos están al presente, y a toda la Nueva
España, la cual conquista fue en el año de 1519."
Bernardino de Sahagún. El México antiguo.