UN POCO LIBERTAD
«Nos
esperan cosas terribles. Hemos cruzado la vía del ferrocarril cerca
de Zadvurdze. Los polacos penetran por la línea del ferrocarrril
hacia Lvoz. Atacan por la tarde cerca de una granja. Una masacre. El
comisario político y yo seguimos la vía del ferrocarril, suplicamos
que no maten a los presos. Apanásenko se lava las manos. Sheko, que
los maten y eso tiene consecuencias espantosas. No he mirado los
rostros; cosidos a puñaladas, disparaban, cadáveres cubiertos de
cuerpos, a uno lo desnudan, a otro lo rematan, gemidos, gritos,
estertores, el ataque lo realizó nuestro escuadrón, Apanásenko no
quiere saber nada, el escuadrón se ha vestido como Dios manda, a
Matusévich le han matado el caballo, corre descompuesto, sucio,
buscando un caballo. El infierno. Les traemos la libertad. Buscan una
granja, lo sacan todo. Apanásenko dice: “No gastéis cartuchos,
rájalo, raja a la enfermera, rajad a los polacos”…»
Isaak
Babel.
Diario
de 1920.