Mi lista de blogs
martes, 30 de junio de 2020
domingo, 28 de junio de 2020
ALLÁ EN LAS INDIAS
ISLA DE MAL HADO O GALVESTON
viernes, 26 de junio de 2020
jueves, 25 de junio de 2020
miércoles, 24 de junio de 2020
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
lunes, 22 de junio de 2020
sábado, 20 de junio de 2020
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
EL GATO DE MARCELINE
MOONLIGHT AND ROSES
jueves, 18 de junio de 2020
martes, 16 de junio de 2020
OBITER DICTUM
domingo, 14 de junio de 2020
sábado, 13 de junio de 2020
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
Sneden’s Landings
«No sé cuál de ellas descubrió Sneden’s Landings. Sneden’s era una aldea de casas de piedra que creció en el siglo dieciocho alrededor del desembarcadero de Dobb’s Ferry en la orilla izquierda del río Hudson. La primera vez que fui a visitar a Susan Smith, toda la aldea pertenecía ya a la viuda de un escultor italiano que había trabajado con Stanford White. El lugar tenía el ambiente del Nueva York de los años noventa. Mrs. Tonetti era una mujer despierta, y gracias a su fortuna personal estaba decidida a proteger Sneden’s de ser devorado por los suburbios de la gran ciudad que todo lo absorbían, conservándola intacta para su numerosa familia y sus muchos amigos. Iba a ser un enclave de la elegancia del siglo diecinueve escondido en un pliegue de los Palisades.
Mrs. Tonetti, Susan y las Dudley tenían ideas muy claras sobre las cosas que podían encajar allí. Su estilo especial lo permeaba todo. Después de cruzar el Hudson en una antiquísima lancha de motor que iba y venía desde Dobb’s Ferry, al saltar a tierra se tenía la impresión de llegar a otro país. Otra agradable manera de llegar a Sneden’s era cruzar en el ferry que hacía el viaje regularmente desde Yonkers y andar cinco millas por una senda junto a la orilla del agua. Los matorrales de la ribera estaban llenos de pájaros. Ocasionalmente se podía ver una oropéndola o una tanagra escarlata. Las garzas salían volando de los cañaverales. Por espacio de un minuto era posible creerse en la América de Audubon. Cuando se llegaba allí siempre había algo para comer y beber, cosas que ver y cosas de que hablar. Una tarde en la casa negra de Susan era como una visita a un oasis después del polvoriento y ruidoso ajetreo de Nueva York.»
John dos Passos.
Años inolvidables.
Alianza Editorial.
viernes, 12 de junio de 2020
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
EN EL SUR
jueves, 11 de junio de 2020
miércoles, 10 de junio de 2020
lunes, 8 de junio de 2020
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
CULTIVOS, REVOLUCIONES Y NATURALEZA
sábado, 6 de junio de 2020
viernes, 5 de junio de 2020
OBITER DICTUM
jueves, 4 de junio de 2020
martes, 2 de junio de 2020
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
QUASE UM POEMA DE AMOR
lunes, 1 de junio de 2020
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
TAL VEZ Y EL INFORTUNIO
«Has de saber que la razón necesita de la instrucción; que la instrucción nada vale sin la experiencia, y que la misma experiencia no se logra sino tras mucho esfuerzo y afán. El hombre es lo que el ejercicio ha hecho de él y nadie hay que pueda ser feliz sin haberse aprovechado de los consejos ajenos. Ahora bien: en la condición humana entra el dejar las cosas para más adelante y el contentarse con decir «tal vez» o «quizá», y sólo si se ve obligado a tomar una resolución, es cuando el hombre abrirá los ojos y adquirirá enseñanzas; pero aquel que recurra a su alma para ver claro, la encontrará vacía, si previamente no ha puesto su confianza en otros seres humanos. Al contrario, el hombre inteligente debe emplearse en hacer ejercicio y práctica de todo, antes de que las vicisitudes de la fortuna le obliguen a hacerlo. Ocupe, pues, su inteligencia y haga trabajar su atención pensando en las cosas, por miedo de tener que hacerlo un día a la fuerza, ya que el bienestar no es cosa que siempre dure. De este modo, si necesita recurrir a las experiencias de su alma, las encontrará, y si, por su suerte, no necesita recurrir a ellas, estimará en más la excelencia de su estado y sentirá mucho mayor placer, porque quien no conoce el infortunio no apreciará la felicidad como es debido.»
Abd Allãh Nãsir.
«Memorias».