«La situación del
parlamentarismo es hoy tan crítica porque la evolución de la moderna democracia
de masas ha convertido la discusión pública que argumenta en una formalidad
vacía. Algunas normas de derecho parlamentario actual, especialmente las
relativas a la independencia de los diputados y de los debates, dan, a
consecuencia de ello, la impresión de ser un decorado superfluo, inútil e,
incluso, vergonzoso, como si alguien hubiera pintado con llamas rojas los
radiadores de una moderna calefacción central para evocar la ilusión de un vivo
fuego.»
Carl Schmitt