«Se
puede escribir un libro entero sobre las mujeres en la caballería
del Ejército Rojo. Escuadrones en combate, polvo, confusión, sables
desenvainados, continuas blasfemias, mientras ellas galopan delante
con las faldas arremangadas, polvorientas, con sus grandes pechos,
todas putas pero camaradas, y putas porque son camaradas, y esto es
lo más importante, sirven a todos, con lo que pueden, son heroínas,
y al mismo tiempo se las desprecia, dan de beber a los caballos,
llevan la paja, limpian los arneses; roban en las iglesias, y a la
población.»
Isaak
Bábel.