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viernes, 17 de febrero de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE







CON CINCO AÑOS


La Sociedad para la Prevención de la Crueldad con los Niños de Nueva York (S.P.C.N.) empezó su campaña el día de mi debut, a los cinco años, en el Tony Pastor’s Theatre. Por entonces las leyes de Nueva York prohibían trabajar como actores a los niños menores de siete años. El benévolo Tony Pastor esquivó este problema firmando gustosamente una declaración en la que juraba que yo ya tenía siete años. Casualmente, en nuestra siguiente aparición en el Pastor, un joven flacucho del East Side, llamado Izzy Baline, cobraba 5 dólares a la semana por cantar baladas desde el gallinero durante nuestro número. Era, naturalmente, el mismo Izzy Baline que más tarde cambió su nombre por el de Irving Berlin.
Sin desanimarse por la perjura declaración de Pastor, la Gerry Society, como entonces se conocía a la S.P.C.N., acusó a mi padre de maltratarme en el escenario. De ello hicieron una cuestión tan personal que el alcalde R. A. Van Wyck, un Tammany* de Nueva York, ordenó que me llevaran a su oficina y me desnudaran para cerciorarse de si yo tenía cardenales o moratones.
      ¡Pero si está tan ileso como cualquiera de mis hijos! –dijo su señoría, desestimando los cargos.
Ese mismo verano, la S.P.C.N. intentó una vez más apartarme del trabajo cuando nos contrataron en el Steeplechase Park, en Coney Island. Wilson, el superintendente de la sociedad, sostenía que Coney Island no era lugar para una criatura de tan tierna edad, porque estaba repleto de carteristas, vagabundos y otra gentuza.
Aunque esto era cierto, el alcalde se ofendió por aquellas difamaciones contra una circunscripción que votaba a los demócratas en todas las elecciones y consideraba dementes a todos los republicanos.
      –Muchos domingos he ido en mi bicicleta a Coney Island –declaró. He visto cincuenta mil, incluso sesenta mil personas allí, y nunca he advertido ningún desorden. Aquellas personas tienen tanto derecho a divertirse como los ricos. Permiso concedido.
      –Yo tampoco he visto ningún jaleo por allí –convino alegremente Mom.
El alcalde Van Wyck se volvió y clavó sobe ella una seca mirada.
     –Señora –dijo, siga mi consejo: cuando gane un pleito no diga ni una palabra más.
Los incansables salva-niños continuaban su batalla. Cuando Seth Low, un alcalde reformista, sucedió a Van Wyck, me llevaron ante él para que me desnudaran y examinaran, y también me llevaron ante un gobernador de Nueva York. Elevaron el límite de edad, pero nuestro abogado les ganó en los tribunales señalando que la ley sólo prohibía que los niños actuaran sobre un alambre, ya estuviera alto o bajo, trapecios, bicicletas o cosas así. No decía una sola palabra que convirtiera en ilegal que mi padre me exhibiera en el escenario como una bayeta humana o me pateara la cara.
Lo que más consumía a Pop era que entonces hubiera miles de niños de mi edad abandonados, sin casa y hambrientos, vagabundeando por las calles de Nueva York, vendiendo periódicos, limpiando zapatos, tocando el violín en las barcazas del río Hudson, y otros miles de niños aún menores que yo trabajando como esclavos con sus padres en los cuchitriles del Lower East Side. Pop no podía comprender por qué la gente de la S.P.C.N. no dedicaba todo su tiempo, energía y dinero a ayudarles.”

*Tammany: La Tammany Society  fue una organización política fundada, en principio, como hermandad, en Nueva York por miembros del partido demócrata que, entre 1865 y 1871 y bajo la dirección del jefe político William M. Tweed, se hizo con el control de la ciudad robando millones de dólares. Por extensión este término se asocia a quien forma parte de un grupo u organización que ejerce o busca el control político de una ciudad por métodos a menudo asociados a la corrupción y al caciquismo. (N. del T.)





Buster Keaton. 
Slapstick. Memorias… 
Plot Ediciones.