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lunes, 27 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






           LETRA DE TANGO


La lluvia hace crecer la ciudad
como una gran rosa oxidada.
La ciudad es más grande y desierta
después que junto a las empalizadas del Barrio Estación
los padres huyen con sus hijos vestidos de marineros.
Globos sin dueños van por los tejados
y las costureras dejan de pedalear en sus máquinas.
Junto al canal que mueve sus sucias escamas
corto una brizna para un caballo escuálido
que la olfatea y después la rechaza.
Camino con el cuello del abrigo alzado
esperando ver aparecer luces de algún perdido bar
mientras huellas de amores que nunca tuve
aparecen en mi corazón
como en la ciudad los rieles de los tranvías
que dejaron hace tanto tiempo de pasar.


Jorge Terllier

miércoles, 22 de febrero de 2017

OBITER DICTUM






“Si es fácil atravesar la India rápidamente, de un extremo a otro, solo y sin temor mientras se está en las provincias inglesas, y siguiendo las grandes vías militares, ofrece mucha dificultad viajar lentamente cuando se pasa por poblaciones que, sin ser francamente hostiles, miran siempre al extranjero con desconfianza.”


Louis Rousselet.

domingo, 19 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






      PECUS

Vespertiliones.
ISAÏE.
Je suis l'Aristée
Des chauves-souris,
Abeille attristée
Aux miels fins et gris,
Aux miels gris de perle
Que, de ses pâleurs,
La lune déferle
Dans les froides fleurs
Dont toi seul adores,
Essaim fabuleux,
Le suc d'inodores
Hortensias bleus.


Robert de Montesquieu-Fézensac



viernes, 17 de febrero de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE







CON CINCO AÑOS


La Sociedad para la Prevención de la Crueldad con los Niños de Nueva York (S.P.C.N.) empezó su campaña el día de mi debut, a los cinco años, en el Tony Pastor’s Theatre. Por entonces las leyes de Nueva York prohibían trabajar como actores a los niños menores de siete años. El benévolo Tony Pastor esquivó este problema firmando gustosamente una declaración en la que juraba que yo ya tenía siete años. Casualmente, en nuestra siguiente aparición en el Pastor, un joven flacucho del East Side, llamado Izzy Baline, cobraba 5 dólares a la semana por cantar baladas desde el gallinero durante nuestro número. Era, naturalmente, el mismo Izzy Baline que más tarde cambió su nombre por el de Irving Berlin.
Sin desanimarse por la perjura declaración de Pastor, la Gerry Society, como entonces se conocía a la S.P.C.N., acusó a mi padre de maltratarme en el escenario. De ello hicieron una cuestión tan personal que el alcalde R. A. Van Wyck, un Tammany* de Nueva York, ordenó que me llevaran a su oficina y me desnudaran para cerciorarse de si yo tenía cardenales o moratones.
      ¡Pero si está tan ileso como cualquiera de mis hijos! –dijo su señoría, desestimando los cargos.
Ese mismo verano, la S.P.C.N. intentó una vez más apartarme del trabajo cuando nos contrataron en el Steeplechase Park, en Coney Island. Wilson, el superintendente de la sociedad, sostenía que Coney Island no era lugar para una criatura de tan tierna edad, porque estaba repleto de carteristas, vagabundos y otra gentuza.
Aunque esto era cierto, el alcalde se ofendió por aquellas difamaciones contra una circunscripción que votaba a los demócratas en todas las elecciones y consideraba dementes a todos los republicanos.
      –Muchos domingos he ido en mi bicicleta a Coney Island –declaró. He visto cincuenta mil, incluso sesenta mil personas allí, y nunca he advertido ningún desorden. Aquellas personas tienen tanto derecho a divertirse como los ricos. Permiso concedido.
      –Yo tampoco he visto ningún jaleo por allí –convino alegremente Mom.
El alcalde Van Wyck se volvió y clavó sobe ella una seca mirada.
     –Señora –dijo, siga mi consejo: cuando gane un pleito no diga ni una palabra más.
Los incansables salva-niños continuaban su batalla. Cuando Seth Low, un alcalde reformista, sucedió a Van Wyck, me llevaron ante él para que me desnudaran y examinaran, y también me llevaron ante un gobernador de Nueva York. Elevaron el límite de edad, pero nuestro abogado les ganó en los tribunales señalando que la ley sólo prohibía que los niños actuaran sobre un alambre, ya estuviera alto o bajo, trapecios, bicicletas o cosas así. No decía una sola palabra que convirtiera en ilegal que mi padre me exhibiera en el escenario como una bayeta humana o me pateara la cara.
Lo que más consumía a Pop era que entonces hubiera miles de niños de mi edad abandonados, sin casa y hambrientos, vagabundeando por las calles de Nueva York, vendiendo periódicos, limpiando zapatos, tocando el violín en las barcazas del río Hudson, y otros miles de niños aún menores que yo trabajando como esclavos con sus padres en los cuchitriles del Lower East Side. Pop no podía comprender por qué la gente de la S.P.C.N. no dedicaba todo su tiempo, energía y dinero a ayudarles.”

*Tammany: La Tammany Society  fue una organización política fundada, en principio, como hermandad, en Nueva York por miembros del partido demócrata que, entre 1865 y 1871 y bajo la dirección del jefe político William M. Tweed, se hizo con el control de la ciudad robando millones de dólares. Por extensión este término se asocia a quien forma parte de un grupo u organización que ejerce o busca el control político de una ciudad por métodos a menudo asociados a la corrupción y al caciquismo. (N. del T.)





Buster Keaton. 
Slapstick. Memorias… 
Plot Ediciones.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






 DILIGENCIA DE CARMONA



           III
Siete caballos caretos,
siete retacos de plata
siete, cupas de caireles,
siete mantas jerezanas.
Siete pensamientos puestos
en siete locuras blancas.

Tragabuches, Juan Repiso,
Satanás y Malafacha,
Jose Candio y el Cencerro
y el capitán Luís de Vargas,
de aquellos mas naturales
de la vega de Granada.

Siete caballos caretos
los Siete Niños llevaban.
           
Fernando Villalón.

domingo, 12 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






UN CORTO PASEO

Estos paisajes son de cuando yo ya hubiese muerto
Algunos amigos de mi edad han muerto y no verán estos paisajes
Dios mío yo me aprovecho y los veo los miro antes de morir
Veo este progreso de la ciudad este cielo que se compadece de toda esta juventud
[agobiada por la dictadura del trabajo
bajo la enorme generación de la especie humana
sin rincones de tabernas inglesas con barriles pintados de negro y rojo
sin clima ni horizonte para que sueñen lejanías mis ojos
sin fragatas ni islas desconocidas donde se profundice mi virtud
sin recogimiento de cales que archiven tragedias familiares                      
sin oro de retablo de iglesias pueblerinas que me apartaron de alientos de mujeres

Estos espacios residenciales estos bloques enormes de viviendas con sus pedruscos
[grises exiliados en sus parterres
son fríos a mi recuerdo
Son extraños a mí
son para los jóvenes no para que yo los disfrute
Parece que los estoy mancillando con mi presencia
como si me recreara en los pechos de una tanagra

Yo creo Dios mío que ya ha llegado irremisiblemente
naturalmente
mi hora de morir
Supongo que voy muy retrasado en mi muerte

Juan Sierra.

viernes, 10 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






COMO ES POSIBLE QUE LA PREDESTINACIÓN A VECES LLEGUE TARDE

Cuando vivimos tanto que hay que pagar exceso
hay algo en el amor como una luz suicida,
tal vez es sólo eso,
y hay amores que duran algo menos que un beso,
y besos que han durado algo más que una vida.


Luis Rosales.

miércoles, 8 de febrero de 2017

OBITER DICTUM







                               “Amé a primera vista la tierra soviética y comprendí que de ella salía no sólo una lección moral para todos los rincones de la existencia humana, una equiparación de las posibilidades y un avance creciente en el hacer y el repartir, sino que también interpreté que desde aquel continente estepario, con tanta pureza natural, iba a producirse un gran vuelo. La humanidad entera sabe que allí se está elaborando la gigantesca verdad y hay en el mundo una intensidad atónita esperando lo que va a suceder. Algunos esperan con terror, otros simplemente esperan, otros creen presentir lo que vendrá.”

                                                                         

                                                                          Pablo Neruda.






sábado, 4 de febrero de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





    SVARTA VYKORT

  
        I
Almanackan fullskriven, framtid okänd.
Kabeln nynnar folkvisan utan hemland.
Snövall i det blystilla havet. Skuggor
           brottas på kajen.
       II
Mitt i livet händer att döden kommer
och tar mått på människan. Det besöket
glöms och livet fortsätter. Men kostymen
           sys i det tysta.


Tomas Tranströmer

viernes, 3 de febrero de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




PROPOSICIONES DE PAZ


LIBRO IV
XIII. Después de esta función veía César no ser prudencia dar ya oídos a embajadas, ni escuchar proposiciones de los que dolosamente y con perfidia, tratando de paz, le hacían guerra. El aguardar a que se aumentasen las tropas enemigas y volviese su caballería, teníalo, por otra parte, por grandísimo desvarío; demás que atenta la mutabilidad de los galos, consideraba cuan alto concepto habrían ya formado de los enemigos por un choque solo, y no era bien darles más tiempo para maquinar otras novedades. Tomada esta resolución, y comunicada con los legados y el cuestor, para no atrasar ni un día la batalla, ocurrió felizmente que luego, al siguiente, de mañana, vinieron a su campo muchos germanos con sus cabos y ancianos usando de igual alevosía y ficción, so color de disculparse de haber el día antes quebrantado la tregua contra lo acordado y pedido por ellos mismos, como también para tentar si, dando largas, podían conseguir nuevas treguas. Alegróse César de tan buena coyuntura, y mandó que los arrestasen; y sin perder tiempo, alzo el campo, haciendo que la caballería siguiese a la retaguardia, por considerarla intimidada con la reciente memoria de su derrota.
XIV. Repartido el ejército en tres cuerpos, con una marcha forzada de ocho millas se puso sobre los reales de los enemigos primero que los germanos lo echasen de ver. Los cuales, sobrecogidos de todo punto, sin acertar a tomar consejo ni las armas, así por la celeridad de nuestra venida como por la ausencia de los suyos, no acababan de atinar si sería mejor hacer frente al enemigo, o defender los reales, o salvarse por medio de la fuga, manifestándose su terror por los alaridos y batahola que traían. Nuestros soldados, hostigados de la traición del otro día, embistieron los reales; aquí los que de pronto pudieron tomar las armas hicieron alguna resistencia, combatiendo entre los carros y el fardaje, pero la demás turba de niños y mujeres (que con todos los suyos salieron de sus tierras y pasaron el Rin) echaron luego a huir unos tras otros, en cuyo alcance destacó César la caballería.
XV. Los germanos, sintiendo detrás la gritería, y viendo degollar a los suyos, arrojadas las armas y dejadas las banderas, desampararon los reales; y llegados al paraje donde se unen el Mosa y el Rin, siendo ya imposible la huida, después de muchos muertos, los demás se precipitaron al río, donde, sofocados del miedo, del cansancio y del ímpetu de la corriente, se ahogaron. Los nuestros, todos con vida, sin faltar uno, con muy pocos heridos se recogieron a sus tiendas, libres ya del temor de guerra tan peligrosa, pues el número de los enemigos no bajaba de cuatrocientos treinta mil. César dio a los arrestados licencia de partirse. Mas ellos temiendo las iras y tormentos de los galos, cuyos campos saquearon, escogieron quedarse con él y César les concedió plena libertad.
        

Julio César. La guerra de las Galias. Ediciones Orbis.

miércoles, 1 de febrero de 2017

ALLÁ EN LAS INDIAS






A RÍO REVUELTO


“Y pareciéndole a don Pedro de Lovera que podía haber a río vuelto ganancia de pescadores, tuvo recelo de algún desmán que podía suceder en el valle de Maque y en el fuerte de Lliben por donde andaba el capitán Pedro de Aranda veinte leguas de Ia ciudad. Envió a Hernando de Salazar vecino della a visitar aquel distrito dando por él una vuelta a ver si el capitán Aranda estaba necesitado de su socorro. Caminó este caudillo con algunos soldados con gran trabajo por estar Ia tierra muy mojada y llena de troncos de árboles, y vascosidad que hacía el camino impertransible. Por lo cual cejó por otra vereda de un camino poco usado y a una legua poco más fue a dar en un puebleciIIo, donde se iban juntando los indios de guerra en tanta suma, que había ya diez i siete caciques con sus escuadras, mas como no les pasaba por pensamiento haber de llegar español allí en toda la vida estaban tan descuidados de tal suceso que aquellos pocos de españoles con no pasar de doce fueron bastantes a desbaratarlos por dar en ellos tan inopinadamente. Y aunque algunos acudieron a las armas, y se defendieron un breve rato, fueron muchos más los que huyeron por diversas partes procurando quitarse delante de los ojos de los españoles. Y fueron estos los mejor parados aunque anduvieron, porque los demás que se pusieron a hacer resistencia quedaron mal heridos, y algunos muertos y no pocos presos en manos de los yanaconas que iban en compañía de los españoles. A todos estos que eran más de doscientos mandó Hernando Salazar poner a recaudo en una casa que allí estaba en la encomienda de Esteban de Guevara, de donde envió aviso al capitán don Pedro de Lovera, el cual acudió a ello con veinte hombres y hizo justicia de los principales cabezas de los rebelados, y con esto se volvió a su casa dejando orden al capitán Salazar de que fuese prosiguiendo el castigo en los en los demás que eran sus secuaces aunque menos rigorosamente.
Poco después acudió el capitán Aranda a poner cerco al fuerte de Lliben, donde había gran suma de enemigos, y habiendo estado veinte días sin poder hacer suerte por estar mui trincheados y fortalecidos con todo jénero de pertrechos, se vino a meter en cólera cansado de tanto esperar, de modo, que quiso aventurarse por no perder más tiempo sin sacar fruto: para esto llevó su jente, a un lugar que caía sobre la fortaleza para entrar por un paso harto peligroso, por no haber otro descubierto, y aunque los enemigos les arrojaron menuda lluvia de piedras y saetas se abalanzaron por entre ellas, en razón de acabar de una vez con esta empresa. Acudieron los rebelados al lugar por donde eran acometidos dándole a los españoles que estaban fuera para arrojarse por entre las albarradas mientras ellos estaban entretenidos con la escuadra en que el capitán andaba, y desta manera les dieron trato por tres partes de suerte, que los desatinaron no dándoles vado a tomar acuerdo, y aunque acometieron a todas partes peleando por un rato cayendo, y levantando hubieron luego de dejar las armas, y desamparar la fortaleza poniéndola toda en los pies y aun quisieran tener para ello alas de ave. Mas con todo eso quedaron más de quinientos en el lazo. Unos que murieron en la batalla, y otros de quien se hizo justicia por haber sido causa della. Mas el efecto fue un gran temor que se metió en los corazones de los indios, con el cual se fueron rindiendo poco a poco a  los españoles acudiendo a dar la paz, y pedir perdón de lo pasado.”


Pedro Mariño de Lovera. Historia de la conquista de Chile