EN EL LODAZAL
«La ciudad es,
para quien la conoce y conoce a sus habitantes, un cementerio en la superficie
hermoso, pero bajo esa superficie en realidad horrible, de fantasías y deseos.
Para el que aprende o estudia, e intenta encontrar su orden y su derecho en esa
ciudad, que sólo es famosa en todas partes por su belleza y su construcción, y
que en la época de los llamados Festivales es además famosa todos los años por
el, así llamado, Gran Arte, esa ciudad no es pronto más que un museo de la
muerte, frío y expuesto a todas las enfermedades y vilezas, en el que crecen
todos los obstáculos imaginables e inimaginables que desintegran y hieren en lo
despiadadamente más profundo, sus energías y dotes y disposiciones
intelectuales, y pronto la ciudad no es ya para él una hermosa naturaleza y una
arquitectura ejemplar sino nada más que una impenetrable maleza humana, hecha
de abyección y vileza y, cuando camina por sus calles, no camina ya rodeado de
música sino que se siente nada más que repelido por el lodazal moral de sus
habitantes.»
Thomas Bernhard.
El origen.
Editorial Anagrama.