TEZCATLIPUCA
“Usaban disciplinarse con unas sogas que tenían
ñudos; y no sólo los sacerdotes, pero todo el pueblo, hacía disciplina en la
procesión y fiestas que se hacía al ídolo Tezcatlipuca, que se dijo arriba era
el Dios de la penitencia. Por que entonces llevaban todos en las manos unas
sogas de hilo de manguey, nuevas, de una braza, con un ñudo al cabo, y con aquellas
se disciplinaban dándose grandes golpes en las espaldas. Para esta misma fiesta
ayunaban los sacerdotes cinco días arreo, comiendo una sola vez al día, y
apartados de sus mujeres, y no salían del templo aquellos cinco días,
azotándose reciamente con las sogas dichas. De las penitencias y extremos de
rigor que usan los bonzos, hablan largo las cartas de los Padres de la Compañía
de Jesús, que escribieron de la India, aunque todo esto siempre ha sido
sofisticado, y más por apariencia que verdad.
En el Perú, para la fiesta de el Itu, que era grande, ayunaba
toda la gente dos días, en los cuales no llegaban a mujeres, ni comían cosas
con sal, ni ají, ni bebían chicha; y este modo de ayunar usaban mucho. En
ciertos pecados hacían penitencia de azotarse con unas ortigas muy ásperas;
otras veces darse unos a otros con cierta piedra cuantidad de golpes en las
espaldas. En algunas partes, esta ciega gente, por persuasión de el demonio, se
van a sierras muy agrias, y allí hacen vida asperísima largo tiempo. Otras
veces se sacrifican despeñándose de algún alto risco, que todos son embustes
del que ninguna cosa ama más que el daño y perdición de los hombres.”
Hernán
Cortés.
Cartas de
relación.