«Este fué el caso de Indalecio Prieto, quien, según me afirmó un confidente, hizo el viaje a Biarritz vestido de sacerdote, lo que he puesto siempre en tela de juicio, dada su fobia contra todo lo que oliese a sacristía. Después de todo, de ser cierto el hecho, que vuelvo a repetir pongo en duda, no sería el primero en nuestra historia política. El general carlista Francisco García, jefe de la división de Navarra, fusilado en Estella por Maroto el 18 de febrero de 1839, para ponerse en salvo, trató de atravesar el servicio de seguridad de la plaza, la noche anterior a ser ejecutado, utilizando la sotana, teja y manteo de un cura amigo suyo.»