«Destino paradójico el de Cervantes. En un siglo y en un país de vanidosa artesanía retórica, lo atrajo lo esencial del hombre, ya como tipo, ya como individuo. Inventó y compuso el Quijote, que es el último libro de caballerías y la primera novela psicológica de las letras occidentales; una vez muerto, lo reverenciaron como ídolo las personas que menos se parecen a él, los gramáticos.»
Jorge Luis Borges.