«Cuando se llega a una determinada edad sin haber logrado tener intereses directos en la comedia humana, contribuye a aligerar el peso de la vida, badulaquear por el mundo —por un pequeño rincón del mundo— y distraerse con las cosas más nimias. Está ya uno curado de la petulancia de creer que sabe algo de las cosas y busca en los demás lo que a uno le falta y necesita. Uno se convence sin embargo de que los demás se encuentran, más o menos, en la misma situación, lo cual es muy satisfactorio, porque todo lo que sea establecer la inanidad humana contribuye a la propia conformación y al ejercicio de la paciencia.»
Josep Pla.