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domingo, 28 de febrero de 2021
viernes, 26 de febrero de 2021
OBITER DICTUM
Si
conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas
correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti
mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los
demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.
Sun Tzu.
miércoles, 24 de febrero de 2021
martes, 23 de febrero de 2021
lunes, 22 de febrero de 2021
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
JUEVES SANTO
Todas las mujeres
llevaban pañuelos atados bajo el mentón. Los hombres, calzados con botas hasta
las rodillas, o mocasines de piel sin curtir y con jarreteras hasta media
pierna, sujetaban anchos sombreros de fieltro o conos de lana. De los hombros
de un par de pastores colgaban pesadas capas blancas de frisa, de confección
casera. A pesar del calor y el gentío, uno de ellos estaba enfundado en un
manto de piel de oveja sin curtir, con el lado lanudo hacia afuera, que llegaba
a las losas del suelo. La rusticidad había aumentado mucho en los últimos
ciento cincuenta kilómetros. Los rostros tenían un aspecto áspero y bravío:
eran labradores y hombres del campo hasta la médula. Los cirios, colocados en
una rejilla triangular, iluminaban aquellas máscaras rústicas y poblaban la
nave, a sus espaldas, con una multitud de sombras. Durante una pausa del canto
llano, comprendí de repente que era Jueves Santo. Estaban cantando Tenebrae , y lo hacían muy
bien. Los versos de los salmos penitenciales recibían su respuesta desde el
otro lado del coro, y las lentas recapitulaciones y expresiones en otra forma
de los responsorios desarrollaban la historia de la traición. Tan convincente
era la atmósfera que los sombríos acontecimientos podrían haber tenido lugar
aquella misma noche. Las palabras cantadas avanzaban paso a paso a través de
las fases del drama. De vez en cuando, tomaban un nuevo cirio del candelero y
lo apagaban. Al otro lado de la puerta la oscuridad era total, y con la
extinción de cada llama las sombras del interior se aproximaban más. Realzaba
el claroscuro de aquellos ásperos rostros campesinos e intensificaba el brillo
del arrobamiento en innumerables ojos; y en la iglesia, a medida que aunmentaba
el calor, flotaba el olor de la cera fundida, la piel de oveja, la cuajada, el
sudor y la infinidad de alientos. Había en el fondo un espectro de incienso
antiguo y un hedor a chamusquina a medida que los pabilos, apagados uno tras
otro, expiraban y producían madejas de humo ascendente. Seniores
populi consilium fecerunt —cantaban las voces—, ut
Jesus dolo tenerent et occiderent ; y uno imaginaba un
grupo de ancianos malignos que estaban en un rincón, miraban de soslayo y
susurraban moviendo la bocas desdentadas, las barbas oscilando mientras
maquinaban la traición y el asesinato. Cum gladiis et fustibus
exierunt tamquam ad latronem … Algo en los rostros medio iluminados y en
los ojos parpadeantes proporcionaba una siniestra inmediatez a las palabras.
Estas evocaban unas sombras apremiantes bajo los muros de una ciudad y los
ásperos gritos de la muchedumbre deseosa de linchar. Había un parpadeo de
faroles, torpes tropezones en el empinado olivar y sombras frenéticas de
antorchas entre los árboles: un forcejeo, palabras, golpes, un destello,
faroles caídos y pisoteados, una prenda de vestir arrebatada, alguien corriendo
bajo las ramas. Por un momento nosotros, la congregación, nos convertimos en
los villanos con las espadas y los garrotes. Unos hechos rápidos y abominables
se sucedían en la ambigüedad de la cuesta boscosa. ¡La sugerencia duró una
fracción de segundo! Cuando se llevaron la última de las velas, la oscuridad
era tan profunda que apenas se distinguía rasgo alguno. La sensación del cambio
de papeles se había evaporado, y los congregados salimos al polvo. Empezaron a
encenderse las luces en las ventanas del pueblo, y un atisbo de luna brillaba
en el otro extremo de la llanura.
Patrick Leigh Fermor.
El tiempo de los regalos.
Peninsula.
sábado, 20 de febrero de 2021
jueves, 18 de febrero de 2021
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
La memoria es mortal. Algunas tardes, Billie Holliday pone
su rosa enferma en mis oídos.
Algunas tardes me sorprendo
lejos de mí, llorando.
Antonio
Gamoneda.
miércoles, 17 de febrero de 2021
OBITER DICTUM
«No hay más que violencia en el universo; pero estamos pervertidos por la filosofía moderna, la cual dice que todo está bien, cuando en realidad el mal lo ha contaminado todo, y en un cierto sentido, harto verdadero, todo está mal, puesto que nada se encuentra en el lugar que debiera».
Joseph de Maistre.
martes, 16 de febrero de 2021
domingo, 14 de febrero de 2021
OBITER DICTUM
Lo magnífico y lo
cruel no se presta a ser escrito. Existe en nosotros, pero no en nuestras
palabras. El sufrimiento es para sufrirlo, no se presta al estudio. Hay más
memoria que recuerdos. No dominamos el pasado. Encierra no menos secretos que
el futuro. Los álamos altivos crecían junto a la carretera, pero no para mí. Yo
sólo los vi, los admiré desde lejos. Las golondrinas mostraban indiferencia. La
luna no era estalinista.
Adam
Zagajewski.
viernes, 12 de febrero de 2021
miércoles, 10 de febrero de 2021
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
EL CRIADO DE LA MUERTE
Incapaz de conciliar el sueño, salí a dar un paseo. Anduve unas
cien yardas, pasando por delante de los burdeles en dirección al rompeolas, y
por el camino fui contando los individuos que dormían en la calle. Estaban
tumbados sobre la acera, uno al lado del otro. Algunos dormían sobre trozos de
cartón, pero la mayoría lo hacían sobre el cemento, sin ropa de cama y sólo con
algunas prendas de vestir, con los brazos cruzados debajo de la cabeza. Los
niños dormían unos sobre el costado, otros boca arriba. No se veían indicios de
que poseyeran bienes. Llegué a la cifran de setenta y tres y doblé la esquina,
donde, bajando por la carretera que llegaba hasta el rompeolas había otros
centenares de durmientes, sólo cuerpos, sin hatos ni carretillas, ni nada que
los distinguiera unos de otros, sin evidencia alguna de vida. A veces se cree
que estos durmientes de las calles de Bombay constituyen un fenómeno reciente,
pero Mark Twain ya los vio. El escritor se dirigía a una ceremonia de
esponsales que se celebraba a medianoche:
Parecía como si avanzásemos a
través de una ciudad de muertos. Apenas había ningún indicio de ida en aquellas
calles silenciosas y desiertas. Incluso las multitudes estaban silenciosas.
Pero por doquier, en el suelo, yacían nativos durmiendo, cientos de cientos.
Estaban tendidos todo lo largos que eran, envueltos en mantas, la cabeza y todo.
Su posición y su rigidez constituían un trasunto de la muerte.
Eso era en 1896. Hoy son más numerosos, y hay otra diferencia.
Los que yo vi no tenían mantas. El hambre es también el criado de la muerte.
Mark
Twain.
Paul
Theroux.
El
gran bazar del ferrocarril.
Plaza
& Janés.
martes, 9 de febrero de 2021
OBITER DICTUM
«Se Filipe II não fosse absoluto, jamais teria podido tentar o seu absurdo projecto de conquistar a Inglaterra, não teria feito sepultar nas águas do oceano, com a invencível armada, milhares de vidas e um capital prodigioso inteiramente perdido. Se D. Sebastião não fosse absoluto, não teria ido enterrar em Alcácer Quibir a nação portuguesa, as últimas esperanças da pátria.»
Antero de Quental.
lunes, 8 de febrero de 2021
sábado, 6 de febrero de 2021
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
SCRIBE
The name
never left his lips: he talked
himself
into another body: he found his
room again
in Babel.
It was written.
A flower
falls from his eye
and blooms in a stranger’s mouth.
A swallow
rhymes with hunger
and cannot leave its egg.
He invents
the orphan in tatters,
he will hold
a small black flag
riddled with winter.
It is spring,
and below his window
he hears a hundred white stones
turn to raging phlox.
Paul
Auster.
viernes, 5 de febrero de 2021
jueves, 4 de febrero de 2021
martes, 2 de febrero de 2021
ALLÁ EN LAS INDIAS
NIÑOS Y FUTURO
Que los vicios de
los indios eran idolatrías y repudios y borracheras públicas y vender y comprar
esclavos; y que por apartarlos de estas cosas vinieron a aborrecer a los
frailes; pero que entre los españoles los que más fatigaron a los religiosos,
aunque encubiertamente, fueron los sacerdotes, como gente que había perdido su
oficio y los provechos de él.
Que la manera que se
tuvo para adoctrinar a los indios fue recoger a los hijos pequeños de los
señores y gente más principal, poniéndolos en torno de los monasterios en casas
que cada pueblo hacía para los suyos, donde estaban juntos todos los de cada
lugar, cuyos padres y parientes les traían de comer; y con estos flínos se
recogían los que venían a la doctrina, y con tal frecuentación muchos, con
devoción, pidieron el bautismo; y estos niños, después de enseñados, tenían
cuidado de avisar a los frailes de las idolatrías y borracheras y rompían los
ídolos aunque fuesen de sus padres, y exhortaban a las repudiadas; y a los
huérfanos, si los hacían esclavos (los encomenderos o los mismos indios,
decían) que se quejasen a los frailes y aunque fueron amenazados por los suyos,
no por eso cesaban, antes respondían que les hacían honra pues era por el bien
de sus almas. Y que el adelantado y las fuerzas del rey siempre han dado
fiscales a los frailes para obligar a los indios a asistir a la doctrina y
castigar a los que se tornaban a la vida pasada.
Diego de Landa.
Relación de cosas del Yucatán.
lunes, 1 de febrero de 2021
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