Mi lista de blogs

jueves, 24 de julio de 2025

OBITER DICTUM

 




«En la mañana del acto, hice pasar aviso al General de que le esperaría en el recibimiento una hora más tarde para ir juntos al campo. El general me rogó, por la camarera, que pasase a su habitación. Estaba en el baño, desnudo, el muñón vibrante y las cicatrices a la vista. Le ayudaban su mujer y un par de legionarios, que le acompañaban siempre más como secretarios que como escolta. Se hizo secar y se enfiló el calzoncillo. Yo estaba en pijama. Así los dos, me invitó a acercarme a la ventana para hablarme aparte, mientras los suyos trajinaban preparando sus vestidos. Y me dijo algo parecido a esto:

Me eres muy simpático y además te estoy muy agradecido por haberte acordado de mí. No te pesará. Y quiero pagarte con un favor. Tengo que informarte de que tu nombre no suena bien en las alturas. Te consideran rebelde y poco de fiar. Yo estoy dispuesto a garantizarte, pero, para ello, tenemos que hacer aquí, ahora mismo, el juramento de La Legión.»

Dionisio Ridruejo.