«—Bien—concluía el abuelo—, si no la has visto, significa que no existe. Existen la piel, la carne y las entrañas. La piel está colgada ahí fuera, la carne está en la sopa y los perros se han comido las entrañas para cenar. Así que recordad, muchachos: eso del espíritu, es una patraña. No hay espíritus que temer. Un cazador de verdad no le teme a nada. Y como alguna vez vea miedo en vuestros ojos, ¡os daré una buena zurra en el trasero!»
Vasili Záitsev.