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lunes, 30 de enero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA



VERANO

 

Verano, ya me voy.  Y me dan pena

las manitas sumisas de tus tardes.

Llegas devotamente; llegas viejo;

y ya no encontrarás en mi alma a nadie.

 

Verano!  Y pasarás por mis balcones

con gran rosario de amatistas y oros,

como un obispo triste que llegara

de lejos a buscar y bendecir

los rotos aros de unos muertos novios.

 

Verano, ya me voy.  Allá, en setiembre

tengo una rosa que te encargo mucho;

la regarás de agua bendita todos

los días de pecado y de sepulcro.

 

Si a fuerza de llorar el mausoleo,

con luz de fe su mármol aletea,

levanta en alto tu responso, y pide

a Dios que siga para siempre muerta.

Todo ha de ser ya tarde;

y tú no encontrarás en mi alma a nadie.

 

Ya no llores, Verano!  En aquel surco

muere una rosa que renace mucho…


César Vallejo.


jueves, 26 de enero de 2023

ALLÁ EN LAS INDIAS

 




MUJER, DINERO O RELIGIÓN


«Llegado yo a Büderich y siendo informado de que Rheinberg estaba muy mal provista, salí en campaña con la gente de Taxis y alguna de la villa de Güeldres y me puse en la abadía de Kamp, desde donde tenía tan apretada a la villa que le era forzado al enemigo venirla a socorrer o perderla. Más dándome cierta enfermedad me vi obligado a ir a Büderich, donde recibí orden duplicada de su Alteza para que fuese a Bonn; trayéndome una de ellas un caballero inglés, teniente de la compañía de caballos del capitán Rowland York, que estaba de guarnición en la villa de Deventer, el cual había ido a la corte a solicitar la compañía por la muerte de su capitán y volvía mal satisfecho, según yo colegí por sus palabras. Su alteza me escribía en la carta que tuviese cuidado con él porque no le contentaba su manera de hablar ni de proceder, y así entreteniéndole dos o tres días despaché un mensajero al conde Herman diciéndole que estuviese sobre aviso. Llegado a Deventer, fue con su hermano a hablarle al conde, a quién halló comiendo, y ofreciéndole que se sentase a su mesa y le hiciese compañía, comenzó él a hablar asperamente y echando mano a la espada acometió al conde tan resuelto que si no fuera por los que estaban con él en la mesa, sin duda lo matará; más levantándose con presteza tomó sus armas y mató a ambos hermanos, sin que jamas se haya sabido la causa que les movió a hacerlo.»


Francisco Verdugo.

La guerra de Frisia.

Ediciones Platea.


Edición de Hugo Cañete.


martes, 24 de enero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA

 




POR LA VERDE, VERDE OLIVA


Por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón,

llegaron los ojos negros

que te embrujaron de amor.

Por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón.

La sombra color cuchillo

que da el arco de una puerta

cobijaba a una mujer

en largas horas de espera.

El cielo es azul añil

de pincelada violenta,

mientras la cal en el patio

de blancura reverbera.

La calle arriba y abajo

la blanca Muerte pasea

con la guadaña en el hombro

y en la boca una azucena.

Por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón,

se acercan los ojos negros

con un hechizo de amor.

Por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón.

Llega y abraza con furia

a la mujer deseada

y le da en el corazón

el hielo de las entrañas.

Los martillazos del pecho

la van poniendo amarilla,

las piernas se le desmayan

y le amarga la saliva.

Enroscándose ella misma

el cuerpo de la culebra,

dice con voz de martirio

y al mismo tiempo de entrega.

Yo he visto unos ojos negros

en una cara morena,

si no han de ser para mí

que se los coma la tierra.

por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón,

ya se van los ojos negros

arrastrando un corazón.

Por la verde, verde oliva

y el verde, verde limón.


Margarita Ferreras.


miércoles, 11 de enero de 2023

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 




SOBRE LA INDIGNIDAD


«Estuvieron presente también los de la Academia Voroshilov. Para asegurar una información fidedigna al Secretario General, ya que de repente, sin una explicación previa, se empezó a llamar así a Dolores Ibárruri, asistieron Ignacio Gallego, Modesto y Líster, estos dos últimos muy serios y preocupados. Los tres representaban al Comité Central, es decir, venían en calidad de fiscales, no a hacerse la autocrítica, sino a exigímosla a nosotros. Gallego tuvo una actitud discreta, no así los generales, que ante un auditorio que les había oído muchas veces atacar e insultar a La  Pasionaria y a Francisco Antón y elogiar a Jesús Hernández, no tuvieron inconveniente en pedirnos que denunciáramos cualquier pequeño detalle que contribuyera a desenmascarar a los expulsados y a otros posibles traidores que hubieran colaborado con ellos en su labor contra el Partido, contra Dolores y contra la Unión Soviética. Como estaban comprometidos y asustados daban golpes a diestro y siniestro para salvarse, sin importarles a quien pudieran hundir.»


Manuel Tagüeña.

Testimonio de dos guerras.

Editorial Planeta.


sábado, 7 de enero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA



 


EL MIEDO

 

En el eco de mis muertes

aún hay miedo.

¿Sabes tú del miedo?

Sé del miedo cuando digo mi nombre.

Es el miedo,

el miedo con sombrero negro

escondiendo ratas en mi sangre,

o el miedo con labios muertos

bebiendo mis deseos.

Sí. En el eco de mis muertes

aún hay miedo.

 

 Alejandra Pizarnik.


lunes, 2 de enero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





DES GOÛTS ET DES COULEURS

 

à Félix Labisse

 

Il y a des sexes courts

Et d'autres pendent aux genoux

Rayés de jaune et de violet

Comme l'ombre du soleil à travers la grille

Et les femmes, certaines sentent

Le Bouillon de lapin sauvage

C'est bon, avec du pain grillé.

 

Boris Vian.