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martes, 10 de diciembre de 2024

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





EXTRAÑO MANIQUÍ

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, qué manera de observarme y presentirme más allá de todo puente, mirando el océano o un lago enorme, como si de él esperara aventura y amor.Y puede un grito de muchacha en plena noche convencerme de la utilidad de mi rostro o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo la memoria del amor negándose tres veces en aras de otra especie de amor. Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera, desvalorizándonos, o bien volvemos a una casa pequeñísima donde nos espera sentada en la cocina una mujer.

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, qué manera de observarme y presentirme más allá de todo puente, mirando el océano o un lago enorme, como si de él esperara aventura y amor.Y puede un grito de muchacha en plena noche convencerme de la utilidad de mi rostro o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo la memoria del amor negándose tres veces en aras de otra especie de amor. Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera, desvalorizándonos, o bien volvemos a una casa pequeñísima donde nos espera sentada en la cocina una mujer.

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, así como se inclina el sol y las sombras de los rascacielos, irás inclinando tus manos; así como se apagan los colores y las luces de colores, se apagarán tus ojos. ¿Quién te mudará de vestido entonces? Yo sé quién te mudará de vestido entonces.

 

Roberto Bolaño.