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lunes, 30 de diciembre de 2024

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA



 


LA PALABRA QUE SANA

 

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.

 

 Alejandra Pizarnik.


Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA


PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA

 

Me moriré en París con aguacero,

un día del cual tengo ya el recuerdo.

Me moriré en París -y no me corro-

tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

 

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso

estos versos, los húmeros me he puesto

a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,

con todo mi camino, a verme solo.

 

César Vallejo ha muerto, le pegaban

todos sin que él les haga nada;

le daban duro con un palo y duro

 

también con una soga; son testigos

los días jueves y los huesos húmeros,

la soledad, la lluvia, los caminos...



César Vallejo.


viernes, 20 de diciembre de 2024

ALLÁ EN LAS INDIAS

 



INDIOS, NEGROS, PUTOS Y CRISTIANOS


«Llegó en fin a Cuareca, donde era señor Torecha, que salió con mucha gente no mal armada a defender la entrada en su tierra si no le contentasen los extranjeros barbudos. Preguntó quiénes eran, qué buscaban y dónde iban. Como oyó ser cristianos, que venían de España y que andaban predicando nueva religión y buscando oro, y que iban a la mar del Sur, díjoles que se tornasen atrás sin tocar a cosa suya, so pena de muerte. Y visto que hacer no lo querían, peleó con ellos animosamente. Mas al cabo murió peleando, con otros seiscientos de los suyos. Los otros huyeron a más correr, pensando que las escopetas eran truenos, y rayos las pelotas; y espantados de ver tantos muertos en tan poco tiempo, y los cuerpos unos sin brazos, otros sin piernas, otros hendidos por medio, de fieras cuchilladas. En esta batalla se tomó preso a un hermano de Torecha en hábito real de mujer, que no solamente en el traje, pero en todo, salvo en parir, era hembra. Entró Balboa en Cuareca; no halló pan ni oro, que lo habían alzado antes de pelear. Empero halló algunos negros esclavos del señor. Preguntó de dónde los habían, y no le supieron decir o entender más de que había hombres de aquel color cerca de allí, con quien tenían guerra muy ordinaria. Estos fueron los primeros negros que se vieron en Indias, y aun pienso que no se han visto más. Aperreó Balboa cincuenta putos que halló allí, y luego quemólos. informado primero de su abominable y sucio pecado. Sabida por la comarca esta victoria y justicia, le traían muchos hombres de sodomía que los matase. Y según dicen, los señores y cortesanos usan aquel vicio, y no el común; y regalaban a los alanos, pensando que de justicieros mordían los pecadores; y tenían por más que hombres a los españoles, pues habían vencido y muerto tan presto a Torecha y a los suyos.»


Francisco López de Gomara.

Historia de la conquista de México.


jueves, 19 de diciembre de 2024

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




CASA PROPIA

 

El presente es el lugar donde habito

mi casa propia

 

La he ido construyendo día a día

hora tras hora

 

Nadie podrá desalojarme

de esta casa

Juntos morderemos el polvo

cuando llegue el momento

de la demolición

 

El presente

es el sueño de la casa propia

 

Que se convierte en humo

en sombra en nada


Oscar Hahn. 

martes, 10 de diciembre de 2024

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





EXTRAÑO MANIQUÍ

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, qué manera de observarme y presentirme más allá de todo puente, mirando el océano o un lago enorme, como si de él esperara aventura y amor.Y puede un grito de muchacha en plena noche convencerme de la utilidad de mi rostro o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo la memoria del amor negándose tres veces en aras de otra especie de amor. Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera, desvalorizándonos, o bien volvemos a una casa pequeñísima donde nos espera sentada en la cocina una mujer.

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, qué manera de observarme y presentirme más allá de todo puente, mirando el océano o un lago enorme, como si de él esperara aventura y amor.Y puede un grito de muchacha en plena noche convencerme de la utilidad de mi rostro o se velan los instantes, placas de cobre al rojo vivo la memoria del amor negándose tres veces en aras de otra especie de amor. Y así nos endurecemos sin abandonar la pajarera, desvalorizándonos, o bien volvemos a una casa pequeñísima donde nos espera sentada en la cocina una mujer.

 

       Extraño maniquí de una tienda del Metro, así como se inclina el sol y las sombras de los rascacielos, irás inclinando tus manos; así como se apagan los colores y las luces de colores, se apagarán tus ojos. ¿Quién te mudará de vestido entonces? Yo sé quién te mudará de vestido entonces.

 

Roberto Bolaño.


lunes, 2 de diciembre de 2024

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 




SIN UN CÉNTIMO


«A la fiebre se añadía la falta de fondos. Había llegado a la última libra de oro. La cuenta del hotel crecía. El conserje empezó a mirarme ceñudamente y yo cruzaba el vestíbulo lo más deprisa posible. En los intervalos entre dos accesos de fiebre iba tambaleándome hasta la oficina de telégrafos con la esperanza de que llegara dinero de América. Yo había mandado artículos desde todas las oficinas de correos. Sabía que Albert Nock era un hombre de palabra; había prometido publicar mis historias en freeman. Además existían los compromisos formales con el Tribune y el Metropolitan Magazine. Más tarde supe que el Metropolitan había quebrado con gran estrépito. Cuando vi que no llegaba nada tuve que usar mis últimos krans para mandar un telegrama a mi paciente tía en Nueva York pidiéndole doscientos dólares. Hay que haber estado sin un céntimo en un país extranjero para entender el placer sublime que proporciona un cable anunciando dinero en el banco.»


John dos Passos.

Años inolvidables.

Alianza Editorial.