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martes, 28 de febrero de 2023

ALLÁ EN LAS INDIAS

 




LO QUE TOCA A LA VERDAD II


«Cuando acabé esta relación salí de la opinión, en que hasta entonces estuve, de culpar a los historiadores porque en acabando sus obras no las sacan a luz, creyendo yo que su pretensión era que el tiempo encubriese sus defectos, consumiendo los testigos del hecho; pero agora entiendo la razón que tienen para lo que hacen en esperar que se mueran las personas de quien tratan, y aun algunas veces les venía bien que peresciesen sus descendientes y linaje; porque en recontar cosas modernas hay peligro de hacer graves ofensas, y no hay esperanzas de ganar algunas gracias, pues el que hizo cosa indebida, por livianamente que se toque, siempre quedara quejoso de haber sido el autor demasiado en la culpa de que le infama, y corto en la desculpa que él alega. Y por el contrario, el que merece ser alabado sobre alguna hazaña, por perfectamente que el historiador la cuente, nunca dejara de culparle de corto, porque no refirió mas copiosamente su hecho hasta hinchir un gran volumen de solas sus alabanzas. De lo cual procede necesitarse el que escribe a traer pleito, o con el que reprende, por lo mucho que se alargó, o con el que alaba, por la brevedad de que usó.


De Amberes, 30 de marzo de 1555.»


Agustín de Zárate.
Historia del descubrimiento y conquista del Perú.

domingo, 26 de febrero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





MIEDO

 

A Julio Cortázar

 

Un ángel solitario en la punta del alfiler

oye que alguien orina.


Roque Dalton.


miércoles, 22 de febrero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





MALÁ STRANA

 

El ámbito soy yo. Qué importan las fachadas

 

o su moho o caliche si antaño fueron nobles

 

y aún lo son a esta luz tibia y roja de otoño.

 

Cruza una joven grávida de una acera a otra acera.

 

Cruzan su claridad y su azahar perdurado.

 

Cruzo yo misma, niña, nombre que se perdiera

 

si una niebla subiese, espesa, desde el río.



María Victoria Atencia.


miércoles, 15 de febrero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





CUERPO PRESENTE

 

En la noche se acostó vivo

y al alba se levanto muerto

 

Caminó hacia lo desconocido

y de él nunca más se supo

 

El que pusieron en el feretro

ya no era él

 

Nadie notó nada

«Quedó igualito» dijeron

pero no era él

Tampoco

el que metieron en el nicho

era él

 

El que se perdió en el infinito

era él


Oscar Hahn.


lunes, 6 de febrero de 2023

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA


 




You ask for a poem.

I offer you a blade of grass.

You say it is not good enough.

You ask for a poem.

 

I say this blade of grass will do.

It has dressed itself in frost,

It is more immediate

Than any image of my making.

 

You say it is not a poem,

It is a blade of grass and grass

Is not quite good enough.

I offer you a blade of grass.

 

You are indignant.

You say it is too easy to offer grass.

It is absurd.

Anyone can offer a blade of grass.

 

You ask for a poem.

And so I write you a tragedy about

How a blade of grass

Becomes more and more difficult to offer,

 

And about how as you grow older

A blade of grass

Becomes more difficult to accept.



Brian Patten.


viernes, 3 de febrero de 2023

OBITER DICTUM






«Cuando escuchó la Pasión según San Mateo cayó en un estado que recuerdo porque no pudo conversar de veras conmigo durante varios días. No pudo leer durante toda una semana. Abría un libro pero no era capaz de ver una sola línea; en su lugar sólo oía a la contralto Ilona Durigo. Una noche apareció en mi cuarto con lágrimas en los ojos y me dijo: «Para mí se han acabado los libros, ya no podré leer nunca más». Traté de consolarla y le propuse sentarme junto a ella mientras leía, así dejaría de oír aquellas voces; si las oía era porque estaba sola; pero si yo me sentara junto a ella siempre podría decirle algo con lo que las voces tendrían que desaparecer: «Pero yo quiero oírlas. ¿Entiendes? ¡No quiero oír otra cosa que no sean esas voces!». Fue un estallido tan apasionado que me asusté. Pero estaba, maravillado por ella y guardé silencio. Durante los días siguientes de vez en cuando la miraba interrogante; ella entendía mi mirada y me respondía en una mezcla de felicidad y desesperación: «Todavía las oigo».»


Elías Canetti.